jueves, 5 de noviembre de 2009

Primerobecomposición. Consigna para el trabajo final integrador: Ensayo

Consigna para el trabajo final integrador: Ensayo
primerobecomposición 2009
Individual
Fecha de entrega: 25 de noviembre
Redactar un Abstract de no más de 10 renglones que dé cuenta de la/s problemática/s objeto del ensayo. Presentarlo el Miércoles 11.


Propuesta: realizar un ensayo breve (de no más de 10 carillas, aunque parezca un contrasentido para el género) que evidencie:
-una clara delimitación del tema,
-una mirada propia y lo más original posible sobre la realidad delimitada,
(…)El ensayo es, al decir de Jean Starobinski, "el género literario más libre" (1998:38), condición que propicia un tipo de hibridez textual fundada en la apertura y la discontinuidad. En esa atipicidad genérica sólo una premisa es necesaria: el acto de indagación y reflexión subjetivo del ensayista que constituye, en sí mismo, una relectura personal y renovadora de la realidad. En este sentido, la búsqueda de estrategias innovadoras se establece como uno de sus rasgos característicos. Al respecto, Georg Luckács sostiene que al ensayo le es "esencial el no sacar cosas nuevas de una nada vacía, sino sólo ordenar de modo nuevo cosas que ya en algún momento han sido vivas." (1985:28) El propósito, pues, del ensayista es resignificar el mundo, para decirlo ahora a las luces de un nombrar personal. La instancia referencial es violentada, entonces, por la voz de ese nombrar, en tanto la despoja de su significación de origen para refundarla según una nueva y subjetiva interpretación no sólo del referente, sino, y sobre todo, de lo referido. El ensayista se atreve a nombrar para nombrarse y a renombrarse para fundar lo ya fundado. Este acto constituye un gesto de rebelión contra las formas y, simultáneamente, un modo de autoconfiguración.
(…)
Manuel Cruz Rodríguez señala que "frente a la descripción de la ciencia, que es siempre anónima, el discurso de lo humano, de lo histórico social, ha de incluir al sujeto." (2000:33) Esa inclusión se da en el ensayo, con la particularidad de que su configuración obedece a una construcción dual: discurrir para el "otro" desde la singularidad de lo "propio".
[1]
-un análisis a partir de argumentaciones.

Puede:
-presentar una hipótesis y/o someter a problematizaciones el tema elegido.
Debe:
-incorporar, por lo menos, 2 temas teóricos vistos de entre estos: Oralidad, Entrevista, Argumentación, Paratexto.

Organización del texto:
Portada: Titular el ensayo. Recomendable: redactar un subtítulo. Datos del/a autor/a.

Introducción:
(…)La escritura de indagación comprende tanto al sujeto como al mundo y esto no puede ser reductible a un mero acto de interpretación referencial y lineal. La tensión entre lo dicho y lo pensable, entre lo referido y quien lo refiere, sólo se resuelve en el lenguaje como conciliación de significados.

Si como afirma Skirius, "[l]os novelistas y poetas con frecuencia usan el ensayo en sus diversas formas para expresar un mensaje perentorio con mayor impacto inmediato de lo que pudiera tener una obra de ficción o de poesía" (pp.29-30), en esa indagación atenta y subjetiva de la realidad subyace siempre un compromiso con el mundo y, más especialmente, con la sociedad. El escritor sella en la escritura un contrato de inteligibilidad que lo ata a su contexto y que lo condiciona a un ejercicio responsable de participación. En ese acto de responsabilidad respecto del debate de las ideas que presenta, su palabra se conforma como un mecanismo visible de representación, develando la relación entre los símbolos y los cuerpos que los sustentan o, en otros términos, entre las realidades discursivas y las propiamente vividas.

Cuerpo del ensayo o desarrollo: Se recomienda dividir al ensayo en partes subtituladas.
(…)La dialéctica que el texto y su autor establecen con la sociedad a la que desean proyectarse obliga a develar cuáles son los mecanismos reales -y textuales- que posibilitan y efectivizan esa relación. Sin duda, esos mecanismos son determinados por el propio lenguaje ensayístico, concebido como un lenguaje abierto, cuidado, pero sencillo; culto, pero no hermético. Esta dimensión del lenguaje funda una instancia de apertura permanente en el ensayo, por la cual el sujeto social referido puede aproximarse, interpretativamente y sin mayores dificultades, a su representación en el discurso. Oviedo señala al respecto:
“El ensayo habla al hombre en general, al que sabe algo y quiere saber más. Y como le habla en un lenguaje artístico, no en una jerga impenetrable de especialista, cualquier persona medianamente culta o enterada puede disfrutarlo. En este sentido, el ensayo es dialogante, un pensamiento que quiere ser comunicación abierta, un pensamiento que quiere ser comunicación abierta, tanto con el lector como con el mundo histórico al que pertenece.”
(…)
Si bien la búsqueda estilística del ensayo, característica de su lenguaje, responde en gran medida a la naturaleza literaria del género, también se establece como una estrategia para suscitar el interés del lector y propiciar un alcance diferente de su reflexión.En este sentido, el ensayo se vuelve una discursividad democrática, ya que declara lo referido como producto de una voz particular, de un parecer, instaurando la certeza de que, por tanto, existen otras voces y otros pareceres coexistentes fuera y dentro del texto.


Epílogo
(…) La elección del ensayo como forma textual para indagar sobre problemáticas cuyas implicancias sean más o menos contemporáneas al ensayista, obedece a las propias características del género: el ensayo no se propone concluir ningún tema, en tanto puede considerar las formas futuras de la revisión, la rectificación y hasta el error.

Escritura/Estilo
El ensayo supone la utilización de secuencias textuales expositivo-explicativas y argumentativas, y no narrativas y descriptivas.

(…)La verdad, para el ensayo, no es otra cosa que una presentación personal y subjetiva de ideas que no pretende ser verificable, sino creíble. Al servicio de esta credibilidad es que aparecen los juegos con el lenguaje, las imágenes, las repeticiones; esos mecanismos, además de dar cuenta del universo de pensamiento del ensayista, se proponen que ese universo sea comprendido y aceptado por el lector.

(…)La dimensión social del ensayo se asienta sobre las bases mismas de su nombrar. El ensayista auspicia, a partir del trabajo subjetivo con el lenguaje, la renovación de un mundo ya referido, al que se lanza con el propósito de refundar. Su palabra es creación e interpretación, inquisición y compromiso, en un claro gesto político de renovación y apropiación de sentidos, que resignifican el devenir y la permanencia de los espacios socio-culturales. La visibilidad del mundo y su inteligibilidad sólo es posible en esa política escrituraria de los nombres, en ese espacio ensayístico que los recoge con libertad, y donde mundo, vida y hombre se constituyen bajo la fluidez personalísima de un nombrar siempre distinto, siempre renovado. El ensayo se establece, en este sentido, como una de las formas más sensatas de aproximación a la complejidad del mundo y a sus diversos esquemas de entendimiento. El ensayista, como un experimentador de esos esquemas, se orienta siempre hacia la búsqueda de nuevos horizontes de interpretación. Por esto, pensar la escritura como un ejercicio fundacional es reconocer en los ensayistas una labor comprometida de resignificación de realidades, (…)

María Elena Arenas Cruz plantea que "la expresividad del texto ensayístico es, a la vez que una fuente de placer, una fuente de conocimiento y un factor de la persuasión" (1997: 360). El objetivo del ensayista es que el lector participe de su universo personal de ideas; el uso creativo del lenguaje, su extrañeza formal y semántica, supone una superación de la palabra cotidiana. Este hecho establece un lazo de complicidad entre el autor y el lector de un ensayo, puesto que lo referido se torna, a fuerza de estilo, original y esa originalidad sólo es comprendida si se comparte un mismo horizonte de significación. Esta complicidad de lectura que suscita el ensayo encierra, en sí misma, una estrategia de persuasión: el lector al reconocerse "aliado" del ensayista ya no puede permanecer neutral frente a lo que se nombra. Fundada en la búsqueda de credibilidad, aunque figurada, la palabra del ensayista siempre intenta ser reconocida como natural; el artificio develado atentaría contra la pretendida verosimilitud. Lo destacado, sin embargo, es que el estilo siempre desnuda una manera de nombrar; la palabra del ensayo particulariza y otorga nuevas formas al mundo referido y, simultáneamente, presenta a quien lo refiere.

Recomendaciones generales:
-Reelaborar los contenidos extraídos de Internet o citar textualmente a sus autores en caso de ser transcriptos sin ningún tipo de reelaboración. No utilizar el recurso de copy-paste directo; esta operación se nota claramente ya que el texto cambia de estilo y/o tono, y muchas veces incurre en incongruencias.
-No acumular citas de autores. Reapropiarse de los conceptos teóricos y reelaborarlos en función del objeto de estudio.
-Una vez escrito el texto, releerlo con el objeto de revisar contenidos y ortografía. Cuidar la ortografía y la puntuación. Observar las reglas de concordancia y de cohesión textual.

Temas sugeridos:
1. La inseguridad como sensación térmica/ Causas sociales y legales de la inseguridad.
2. Vidas imaginarias. La publicidad que nos regalan / El mundo de la publicidad por dentro.
3. Noche y día. El mal trago de la fiesta juvenil permanente/ Alcohol y juventud, una realidad que asusta.
4. En la casa, en la calle, en el trabajo, el mismo maltrato / Las cuestiones de género en la sociedad actual.
5. Las tribus urbanas y los nuevos espejitos de colores/ Nuevas tecnologías y consumos musicales juveniles.

suerte!
Susana Aime

[1] Los fragmentos citados corresponden a “El ensayista latinoamericano como intérprete y fundador de nuevas realidades”, de Silvina Celeste Fazio , CURZA - Universidad Nacional del Comahue.

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